El futuro es tonto

En los últimos 6 meses de mi vida he hablado más del futuro que en todo el resto de mi ingrata existencia.

Las pregunta

-¿Qué vas/vamos a hacer el año que viene?

Me espera allí, en casa esquina que cruzo y cada paso de cebra que espero, cada cerveza que bebo sin intentar atragantarme...

Las personas tienen la manía de preguntar cosas que no se preguntan, porque hay ciertas cosas que se saben o se deberían saber. En general, la gente habla demasiado. Deberían ser más como Lucius Hunt y disfrutar de no decir lo que todo el mundo espera que digas. Y ser menos como la petarda de Ivy.

Algunos de nosotros estamos pasando por una mala época. Somos como adolescentes pero sin un brutal acné haciendo de las suyas en nuestro cuerpo. No somos ni niños de física o química ni maduritos de Cuestión de sexo. Somos un ente engendro mezcla de ambos que no sabe ni qué hacer con su vida.

Yo si me pongo en frío a pensar en el año que viene, me doy cuenta de que no tengo nada. Pretendo vivir en Madrid, con dos de mis mejores amigos. Prentendo atender a un master en la Complutense o la Carlos III que no se cómo voy a pagar. Pretendo seguir con una relación a la que separará 3.611 km. Y todo eso, sin despeinarme.

Ahora mismo,odio el futuro que empieza a partir de que se cuelgue este post. Odio que Leire se vaya a Suecia. Odio a los que nos vayamos a Madrid.Odio que no sepa qué va a hacer Ekhiñe con su vida y sobretodo odio Finlandia. Pero lo que más rabia me da es pensar que no va a haber más Marzanas con cervezas de Larrinoa o más caras de asco en la Fever.

Pero supongo que encontraemos otros que los sustituyan. Me vale Casa Paco y Sala de fiestas Los Iñigos.

Bolloks! Dixit