Puede que la agenda cultural bilbaína le interese bien poco a la gran mayoría de los componentes de este blog ya que todos han emigrado a hacer Las Américas como hicieron nuestros antepasados. El caso es que, aquí (bizkaia), todavía queda un aborigen -y no exagero al emplear éste término ya que os escribo desde un recóndito valle de una comarca perdida- que no es impermeable a las cosas que pasan en el botxo. Tal es así que, el pasado sábado, me enteré de que Mendetz presentaba su nuevo disco "Souvenir" en Bilborock esa misma noche. Así que ni corto ni perezoso comencé a maquinar mi fantástico plan para la velada. Yo solo, claro.
La cita era a las 21.30 según El Correo, pero en ventanilla me dijeron que esperarían hasta las 22.00 ya que en otros medios la hora anunciada había sido esa. Yo, que soy de fácil conformar, empecé a rellenar como buenamente pude los 50 minutos de espera. Tampoco me compliqué mucho; zurito-pintxo-irrintzi(PAGANDO) bajo la lluvia.
Con los pies calados llegué al concierto. Breve espera en la entrada observando, como enfermo analista que es uno, a la gente que se iba acercando, que por ciero muy bien oye, tanto en cantidad como en calidad. Ya con los pies más templados y el concierto recién empezado entré en la sala. La puesta en escena y vestimenta de los músicos ya nos daba alguna pista de por dónde iban a tirar los nuevos temas. A cada lado del batería dos plantas que semejaban palmeras de playas exóticas evocaban ocio, diversión, relax. Las dos voces portaban camisas de leñador restando así de acided y fosforitismo a la banda de Barcelona. Y es que las nuevas canciones son más ambientales, igualmente bailongueras pero de otro tipo de baile, menos robóticas, pero no por ello menos electro. Y sin dejar totalmente de lado la marca de la casa. Quizá por eso intercalaron lo nuevo con lo viejo en estricto orden sucesivo (vieja-nueva-vieja-nueva-...).
Todo sonaba muy bien, son de esos que suenan como en el disco, y eso está bien si te gusta el disco. Sin embargo, no se libraron de un fallo de sonido que hizo vibrar el recién restaurado Bilborock. Nada, que no se arreglara poniendo cara de niños buenos y tocando Futuresex, que es la que se sabe todo el mundo. "Ante un fallo, vete a lo seguro, toca un hitazo, nen" debieron de pensar.
El cabeza de grupo cae bien y tiene gusto. Se gana a la gente diciendo "muchos eskerrikaskos", tal cual, "gabon" y todas esas cosas que les dicen a todos los grupos foráneos que digan. Aunque también te lo ganas cuando dices : "Bueno la siguiente canción es un tributo a Michael J Fox". Pero la verdadera sorpresa vino en el doble bis cuando culminaron la actuación con un homenaje a los 90 (sí, estos también se han percatado de que la pasada década ya se puede considerar vintage y por tanto cool, porque ellos lo son).
Lo único que le faltó al concierto para ser perfecto fue algún pajarillo que otro revoloteando a mi alrededor.
¡ah! Tras la obra, las consumiciones en Bilborock siguen siendo self service de máquina. Heineken o agua.
http://www.myspace.com/mendetz
2 comentarios:
me alegro por por lo de triste máquina de heineken. en cuanto a trucos cutre-revivl, los simpáticos WAS (We are standard para los no iniciados) se tiran a REINAAAAAAAA REINA DE LA NOCHEEEEE
pintxo en irrintxi pagando? que le has hecho a mikel cabrón!!!
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